sábado, 23 de septiembre de 2017

"Te quiero, morena"

Algo nos rechina y no sólo hiere el oído sino que incluso nos repugna y ofende al corazón en lo que canta esta jota titulada “Te quiero, morena” con música de José Serrano, y letra de Arniches y García Arias, incluida en la zarzuela, más propiamente "Humorada cómico-lírica en un acto, El trust de los tenorios", que compara el amor que el baturro siente por una mujer zalamera y morena, baturra como él, con el amor que se siente no ya por una madre, lo que sería comprensible, sino por la gloria y aun por el dinero, haciendo que rimen “dinero” con “te quiero”. Algo nos suena a falso en esta declaración de amor. Algo nos dice que ese amor no puede ser verdadero ni bueno. La letra de la jota sería mucho más noble si dijese “te quiero más que al dinero”, pero no dice eso, sino todo lo contrario: “Te quiero... como se quiere al dinero”.


¿Cómo se puede querer a alguien “como se quiere la gloria” “como se quiere al dinero”? ¿Cómo se puede comparar el amor humano hacia una madre, o hacia una mujer de boquita de rosa y de risa zalamera y de ojos en la cara con el amor descarnado y abstracto a la gloria o al dinero? Así dice la letra de esta jota aragonesa, en interpretación del tenor Plácido Domingo: 
 


Te quiero, morena,
te quiero
como se quiere la gloria,
como se quiere al dinero,
como se quiere a una madre,
te quiero.

Me muero, baturra,
me muero
por tu boquita de rosa,
por tu reír zalamero,
por los ojos de tu cara,
me muero.

Es la jota
que siempre canté,
la sal de mi tierra,
y ¡olé! ¡olé!

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